Compartimos la siguiente nota para comprender la incidencia de los depósitos judiciales en el Banco Ciudad elaborado por el equipo de la diputada María del Carmen Bianchi
1.
Introducción
El Banco Ciudad
se ha caracterizado a lo largo de su historia por otorgar créditos hipotecarios
a bajas tasas y largos plazos.
La crisis
económica de los años 2001 y 2002 puso en jaque este perfil crediticio de la
entidad. Sin embargo, como ocurrió con el resto de los bancos en el país, tanto
públicos como privados, logró una considerable recuperación en la última
década.
A continuación
se realiza un breve análisis de la situación actual de la entidad tomando como ejes
la evolución de su balance, la cartera de clientes y el cumplimiento del perfil
crediticio que establece su carta orgánica.
Por último, se
desarrolla un análisis político a la luz del tratamiento en la Cámara de
Diputados del proyecto para que los depósitos judiciales de la Justicia
Nacional Ordinaria comiencen a realizarse en el Banco Nación, tomando
especialmente en cuenta la situación de los trabajadores del Banco Ciudad.
2. Evolución
del balance de Banco Ciudad – 2004-2011
Tomando
2004-2011 como período de estudio, puede observarse que los activos del Banco Ciudad pasaron de
7.500 a 20.050 millones de pesos. A la vez su patrimonio neto se triplicó, trepando de 1.250 a 4.000 millones de
pesos.
Los préstamos y la tenencia de títulos son los componentes más importantes del activo,
equivalentes en suma a un 75% del mismo. Mientras que en los títulos no puede distinguirse
una tendencia clara en el período especificado (ya que sus fluctuaciones fueron
bruscas y relacionadas a operatorias con el BCRA), los préstamos presentan un
crecimiento aún más acelerado que el nivel de activos. Entre 2004 y 2011 casi
se triplicó el monto prestado por el Banco Ciudad. Este fuerte incremento se
dio a tasas de crecimiento interanuales elevadas, y aún cuando experimentó dos
períodos de desaceleración (2007 y 2009), nunca fue menos del 8%, superando
entre 2010 y 2011 el 40%.
Dentro del rubro
de préstamos puede observarse que la ayuda crediticia otorgada al Sector Público No Financiero no
experimentó fuertes cambios, reduciéndose para todo el período un 11%. En
cambio los préstamos hipotecarios
dieron un fuerte salto, pasando de 300 millones de pesos en diciembre de 2004,
a 3.500 millones de pesos a fines de 2011.
¿Cómo se explica
este crecimiento? ¿De dónde surgieron los fondos para que el Banco Ciudad
pudiera colocar ese volumen de préstamos?
Abordando el
análisis del pasivo de la entidad se
verifica que el 85% de los depósitos están explicados por cuatro rubros: a) depósitos de Sector Público No Financiero
(es decir, depósitos de las distintas jurisdicciones de la Ciudad), b) depósitos judiciales en cuentas a la
vista, c) depósitos a plazo fijo
y d) cajas de ahorro.
Los depósitos
del Sector Público No Financiero aumentaron un 50% entre 2004 y 2011, pero con
tendencia año a año indefinida.
Los depósitos
judiciales en cuentas a la vista crecieron entre un 10 y un 16% hasta 2009, con
un incremento del 27% de 2009 a 2010 que se desaceleró de 2010 a 2011 (sólo
6%).
Sin embargo
tanto los depósitos a plazo fijo como las cajas de ahorro experimentaron
tendencias de crecimiento muy similares a la del volumen de préstamos en
general, pero más aún a la colocación de créditos hipotecarios en particular.
El Gráfico 1
muestra la evolución de los préstamos hipotecarios, depósitos a plazo fijo,
cajas de ahorro y depósitos judiciales (cuentas a la vista).
Gráfico 1
Quitando del
análisis la caída de las cajas de ahorro del balance 2007, se observa una
tendencia creciente similar en todas las variables.
Aún así la curva
correspondiente a los depósitos judiciales muestra una aceleración bastante
menor que la del resto de las variables.
Por otra parte
cabe señalar que no sólo la recuperación económica explica el incremento de los
depósitos de la entidad. Para el rubro de cajas
de ahorro es importante destacar que el período en análisis es coincidente
con el proceso de bancarización
electrónica de la economía. Muchísimos empleados públicos, y no sólo de
organismos de la administración de la Ciudad, cobran a través de este banco.
Para el retiro de sus sueldos siguen obrando prácticamente los mismos límites
dispuestos a comienzos de la década pasada, pero sus remuneraciones sufrieron
fuertes subas. La utilización de tarjetas de débito para realizar compras y
operaciones se agrega a los factores.
En este contexto
es posible afirmar que el Banco Ciudad depende mucho más de la confiabilidad
que pueda brindarle a sus clientes para que estos operen a través del mismo,
mantengan sus cuentas y realicen sus inversiones, que del carácter irregular y
poco previsible de los depósitos judiciales, los cuales se rigen por dinámicas
totalmente ajenas a los servicios prestados por la entidad.
3. Carta
orgánica
En el año 2005
fue aprobada la nueva carta orgánica del Banco Ciudad. Es la carta orgánica más
moderna con la que cuente un banco público en la Argentina. Sus lineamientos y
las prioridades fijadas están en sintonía con los cambios económicos que
experimentó el país producto del modelo iniciado en 2003.
En su artículo
1º establece: "El Banco de la Ciudad
de Buenos Aires es una persona jurídica, pública y autárquica, con plena
autonomía de gestión, presupuestaria y administrativa; y, por mandato
constitucional, banco oficial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, su agente
financiero e instrumento de política crediticia, destinada prioritariamente a promover el crecimiento del empleo, la
equidad distributiva y la calidad de vida, privilegiando la asistencia a la
pequeña y mediana empresa y el crédito social."
Luego en su artículo 3º dice: "El Banco de la Ciudad de Buenos Aires tiene
como objeto intermediar recursos a efectos de aplicarlos a la satisfacción de
las demandas de financiamiento de empresas e individuos y prestar servicios
bancarios preferentemente a clientes y vecinos de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires y de toda otra localidad y/o región donde dicha entidad financiera, a
través de las sucursales
correspondientes, desarrolle su actividad.
En este
sentido, el Banco otorga preferencia a:
a) la asistencia financiera destinada a las micro,
pequeñas y medianas empresas radicadas en el Área Metropolitana Buenos Aires,
así como a los vecinos afincados en ella, apuntando al crecimiento del empleo
y, en su caso, del producto bruto geográfico de la Área Metropolitana Buenos
Aires;
b) promover la
exportación de bienes y servicios producidos en el Área Metropolitana Buenos
Aires;
c) facilitar la
centralización de los recursos financieros del Gobierno de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires y vehiculizar la gestión de sus recursos y gastos;
d) facilitar el
ingreso al crédito personal y familiar, y fomentar la adquisición, construcción
y refacción de viviendas por intermedio del crédito hipotecario."
Sin embargo, de
los datos que el Presidente actual de la entidad, Federico Sturzenegger, en
persona entregó a los diputados nacionales en el ámbito de la Comisión de
Justicia en ocasión de tratar del proyecto de ley sobre los depósitos
judiciales, surge a todas luces que en los últimos años poco y nada se ha hecho
para atender a las prioridades que los mencionados artículos fijan.
A pesar de que
se mantuvo el perfil hipotecario de los préstamos otorgados, queda en evidencia
que son montos ínfimos los que se prestan a las pymes. Por el contrario, el
banco cuenta con una cartera altamente concentrada de empresas muy grandes que
toman su crédito. (1) Por ejemplo 1.700
millones en 28 empresas: Peugeot; Citroën Argentina; Asociación de Cooperativas
Argentinas; Pan American Energy; ESSO Petrolera; Aceitera General Deheza;
Tarjeta Naranja; Cresud Comercial Inmobiliaria; Aluar Aluminio; AES Argentina;
Edesur; Ledesma; Coca Cola; Sociedad Anónima Importadora y Exportadora de la
Patagonia; Quickfood; San Antonio Internacional Sociedad de Responsabilidad
Limitada; Molinos Cañuelas Sociedad Anónima, Comercial e Industrial; Atanor;
Solvay Indupa; Generación Mediterránea; Los Grobo Agropecuaria; Industrias Juan
F. Secco; Falabella; IECSA; IRSA;
Sociedad Anónima San Miguel; Grupo Peñaflor; Ribeiro y Coviares Sociedad
Anónima. (2) La cartera de pymes del
Ciudad es de sólo 975 millones de pesos, mientras que la suma que presta el
Nación a pymes radicadas en la Ciudad es de 4.812 millones - ni siquiera
estando fijado como prioridad en su carta orgánica -.
Si el gobierno actual
de la Ciudad hubiera querido modificar esta intención progresista del
articulado de la Carta Orgánica, no le faltaron oportunidades para hacerlo. Dos
veces la misma fue modificada, en 2007 y 2011. Sin embargo el primer cambio
estuvo orientado únicamente a la conformación del directorio, mientras que el
segundo, concretado en noviembre pasado, curiosamente agregó la posibilidad de
que la entidad asigne utilidades netas al mismo Gobierno de Ciudad para
financiar gasto público.
En la citada exposición
llevada a cabo en la Comisión de Justicia el Presidente del Banco Ciudad no
ahorró palabras haciendo referencia a lo "poco política" que era la
gestión de la entidad, y lo poco que había colaborado aquella entidad para
atender gasto público del GCBA.
Esto último es
cierto. En los últimos años, tal como lo demuestra el análisis del punto 2,
poco le prestó el banco al Gobierno.
Pero esto no
constituyó un impedimento para promover la modificación de la Carta Orgánica, ordenando
distribución de utilidades sin ningún tipo de contraprestación.
Artículo 45º (original): "Las utilidades netas que resulten al cierre
del ejercicio, se destinan:
a) Al fondo de reserva legal, según
el porcentaje que fije la autoridad competente;
b) A las donaciones que efectúa el
Banco y al aporte anual para la fundación, en los términos y con los alcances
del artículo 9°; y
c) A aumentar el capital, en
cumplimiento del marco normativo que en la materia establece el Banco Central
de la República Argentina."
Artículo 45º (noviembre 2011): "Las utilidades netas que resulten al cierre
del ejercicio, se destinan:
a) Al fondo de reserva legal, según
el porcentaje que fije la autoridad competente.
b) A las donaciones que efectúa el
Banco y al aporte anual para la fundación, en los términos y con los alcances
del artículo 9º
c) A aumentar el capital, en
cumplimiento del marco normativo que en la materia establece el Banco Central
de la República Argentina; y
d) Del
remanente, la parte que supere la necesaria para asegurar la preservación del
patrimonio en valores constantes deberá ser distribuido al Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires que se destinará exclusivamente a la integración del
Fondo Fiduciario para Obras Nuevas con Fines Sociales y Soluciones
Habitacionales.
A propuesta
del Directorio del Banco de la Ciudad de Buenos Aires, el Poder Ejecutivo podrá
aprobar una reducción en el monto a distribuir para contemplar proyectos de
inversión y crecimiento del banco.
Asimismo,
inclúyase la siguiente cláusula transitoria:
Cláusula
Transitoria: De los resultados no asignados correspondientes al ejercicio
cerrado al 31 de diciembre de 2010, se destinaran el equivalente a ochenta y
ocho millones de dólares estadounidenses (u$s 88.000.000) para la integración
inicial del Fondo Fiduciario para Obras Nuevas con Fines Sociales y Soluciones
Habitacionales."
4. La excusa
del riesgo de pérdida de puestos de trabajo
Como es habitual
en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el proyecto de que los depósitos
judiciales comiencen a depositarse en el Banco Nación activó un mecanismo
extorsivo. Ocurrió con el subte, donde el traspaso acordado, de la noche a la
mañana pasó a estar sujeto a ciertas condiciones; ocurrió con los problemas de
infraestructura de los colegios secundarios de la Ciudad, donde brindar un
entorno digno para que se desarrollen las actividades académicas estaba sujeto
a que los alumnos se comportaran de una determinada manera; y ahora ocurre con
este proyecto.
En esta
oportunidad los destinatarios de la extorsión son los trabajadores del Banco.
Con argumentos falaces y un dramatismo exacerbado, la dirigencia del Banco puso
en vilo a los empleados bajo la premisa de que la aprobación del proyecto
implicaría pérdida de sus puestos de trabajo.
Sin embargo en
ningún caso podría concretarse esta hipótesis. Un cambio en el destino de los
depósitos judiciales jamás podría interferir en la estabilidad laboral del
cuerpo del Banco por los siguientes motivos.
En primer lugar,
el proyecto original sufrió un cambio de importancia. Al dejar los depósitos
judiciales de causas en trámite bajo la guarda del Ciudad, el cambio en la
estructura de pasivos de la entidad sería paulatino. Para adquirir la dimensión
de esta cuestión es preciso tener en consideración los largos tiempos de las
causas judiciales en nuestro país.
En segundo
lugar, el crecimiento del Banco que fue analizado en el punto 2 implica la
necesidad de un aumento de personal. Si bien no fueron muchas las sucursales
abiertas por el Ciudad en los últimos años, es difícil pensar que en los próximos
períodos no se requieran más empleados. Desde este punto de vista, aunque
dentro de cinco o seis años las sucursales de Tribunales sufran cierto impacto
por el cambio en el destino de los depósitos judiciales, éste se verá más que
compensado por el crecimiento del Banco, en términos de puestos de trabajo.
En último lugar,
existen ciertas deficiencias en la gestión de la entidad que de corregirse
podrían asegurar un aumento de la demanda de empleo, o al menos el
redireccionamiento de los recursos humanos existentes. Como ejemplo, a
diferencia del Banco Nación o del Banco Provincia, el Ciudad no cuenta con un
sector de seguros. Si la dirigencia decidiera expandir el Banco para prestar
también estos servicios, el resultado sería, por un lado la garantía de
estabilidad de los empleados, y por otro, la diversificación de las actividades
financieras, dándole mayor previsibilidad, solidez y crecimiento al Banco de la
Ciudad de Buenos Aires.
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