La situación legal:
En
el Manifiesto Comunista, Marx señalaba que la lucha de clases
no era sólo un enfrentamiento entre explotados y explotadores, sino
que los mismos explotadores, los capitalistas, también se
enfrentarían los unos con los otros en su afán por acumular
capital. Por lo que su pelea por concentrar el poder terminaría
llevando al mismo sistema, del cual se benefician, a la ruina. Lejos
de poder afirmar el éxito, o no, de dicha proposición, se puede
comparar la conducta descripta por Marx con la decisión adoptada por
el juez neoyorkino, Thomas Griesa, el pasado 22 de Noviembre. Su
cumplimiento no sólo afectaría a la capacidad de pago de nuestro
país sino a la estabilidad y confianza del sistema financiero
internacional.
Antes que nada deben aclararse dos
cuestiones. La primera es que Griesa se expediría, sobre la forma de
pago a los buitres, el día 2 de Diciembre pero decidió adelantar su
sentencia - según él mismo expresa- para evitar que la Argentina
adopte medidas evasivas ante su manifiesta voluntad de no pagar. La
segunda cuestión, y probablemente la más importante, es que su
fallo no acata lo que la Cámara de Apelaciones le solicitó. Esto
consiste en determinar la forma en la cual Argentina debe pagarle a
los holdouts, sin que ello comprometa el pago de los bonos canjeados.
Repasando brevemente la sentencia se desprende que Argentina
debe depositar U$D 1.300 millones dólares, aproximadamente, como
depósito en garantía antes del 15 de Diciembre, fecha en la cual
deberemos depositar el dinero correspondiente al Cupón del PIB y al
pago de los intereses del Global 2017 en el Bank of New York (BONY).
Si Argentina no depositase el dinero, antes o durante el día
indicado, el BONY, si acatase la decisión de Griesa, debería
rechazar al pago argentino bajo pena de que el juez intervenga si así
no lo hiciese. Sin embargo, el depósito en garantía no consiste en
el pago del total adeudado, aún restan calcular intereses y, por si
fuese poco, deja la puerta abierta al reclamo del resto de los
holdouts.
Por lo que la posición Argentina ante la Cámara
de Apelaciones es sólida y, a su vez, cuenta con el apoyo de los
tenedores de bonos canjeados, el fiduciario de los bonitas (el BONY)
y la misma Reserva Federal de Estados Unidos que considera peligroso
al cumplimiento del fallo. ¿A qué se debe esto?
- Si Griesa
embargase los fondos depositados en el BONY perdería credibilidad
como fondo fiduciario para pago de obligaciones financieras – nadie
quisiera incurrir en un default técnico como el que podría padecer
la Argentina.
- La reestructuración argentina del 2005 fue un
ejemplo para el mundo de cómo un país pudo hacer frente a su
endeudamiento y cumplir con sus pagos. Si se pagase el total adeudado
a NML Capital se activa la cláusula de Rights Upon Future Offers
(RUFO). Consiste en el derecho de los bonistas a beneficiarse en caso
de mejoras a lo ofrecido en el canje. Por lo que, si esto sucediese,
el canje caería por completo y la deuda se dispararía.
- La
reestructuración de deuda 2005, así como las emisiones de deuda que
se realizan en el mundo, contienen en la actualidad una cláusula de
acción colectiva (CAC). La vieja deuda argentina no la poseía, por
lo que si una minoría rechazaba el canje no se veía obligada a
aceptarlo. Si la posición de los buitres triunfa, en el futuro, ante
cualquier reestructuración o emisión que se desee realizar, las
CACs perderán valor puesto que los bonistas no querrán aceptarla ya
que, si esperasen más tiempo, podrían cobrar el total y no tendrían
que conformarse con sólo una parte.
La apuesta:
En el medio de este embrollo existe otro tipo de apuesta de
la cual poco se habla por lo general. Se tratan de los CDS – por
sus siglas en inglés: Credit Default Swap- que consisten en
derivados financieros que se activan en caso de default. A diferencia
de un seguro convencional, tanto quien lo adquiere como quien lo
emite pueden ser ajenos al título que se protege. Se trata, ni más
ni menos, que apostar dinero a la cesación de pagos de un bono que
no se posee pero que, en caso de suceder, se cobra el total del valor
asegurado. El costo de los mismos se realiza en base al riesgo país
– calificadoras mediantes- y, en la mayoría de los casos, el
capital invertido es considerablemente menor al que se obtendría en
caso de activarse. Tras la sentencia de Griesa, su valor se disparó
considerablemente y, en ciertos portales de inversión, se recomienda
su compra. Por lo que tras bambalinas se esconde un negociado, del
cual forman parte también las aseguradoras de riesgo, sobre el
default argentino.
Pero esta no es la única apuesta que el
panorama ofrece. Sus implicancias sobrepasan lo económico y se
extiende a lo político. Es aquí donde entran en el juego los
buitres vernáculos – conocidos en nuestros pagos como gorilas. Son
aquellos que parecieran disfrutar la situación ante la cual nos
encontramos. Cada conflicto que golpee al gobierno, cada hecho que
complique al país, es percibido por ellos como una victoria.
Mientras Néstor Kirchner, al igual que Cristina, afrontó
una exitosa reestructuración de deuda soberana - postergando
vencimientos y quitando capital- desde la vereda de enfrente sólo se
escuchan críticas infundadas al igual que planteos contradictorios.
Dirigentes de la oposición, como es el caso de Binner, han planteado
que la culpa en el asunto es de Argentina por no haber realizado un
planteo efectivo a los buitres. Sin embargo olvidan mencionar que la
aceptación del canje, sumando ambas reestructuraciones, fue del 98%
del total. Por lo que pareciera que buscan humanizar a los buitres en
vez de señalar su verdadera naturaleza – compradores de títulos
defaulteados a centavos para exigir el total una vez recuperado el
país- En la política, según vemos, todo lo vale.
Posibles
soluciones:- Apelar la sentencia de Griesa y buscar una
solución con los holdouts similar a la del canje 2010.
-
Redireccionar el pago a otra plaza financiera fuera de la
jurisdicción de Nueva York. Esto podría activar los CDS y disparar
la prima de riesgo de los bonos afectados, disminuyendo su liquidez
–posibilidad de venderlos en el mercado secundario. La baja del
valor de los títulos, como ocurrió abruptamente el 22 de Noviembre,
aumenta la tasa de interés que el país debe afrontar.
-
Desconocer la deuda con los fondos buitres aceptando el efecto que
tendrá sobre el riesgo país y la posibilidad de recurrir al
endeudamiento externo – de todos modos Argentina cumple
religiosamente con sus compromisos y posee un indicador muy superior
al que debería.
- Bajo ningún punto, sea cual fuere el
camino elegido, acatar el fallo de Griesa por el efecto que generaría
sobre los bonos canjeados, el aumento exponencial de deuda que
implicaría y el precedente a futuros reclamos –a nuestro país
como a otros- que fijaría.
Por lo que es pertinente
recordar, ante quienes plantean que la deuda se la debe honrar en su
totalidad sin ningún tipo de miramientos, lo que solía decir
Alejandro Olmos:
“O se está a favor del país en
contra de la deuda externa, o se está en contra del país a favor de
la deuda externa”
Gráfico ilustrativo para demostrar el efecto del enfoque soberano que el kirchnerismo ha brindado en materia de deuda pública. La relación deuda/pbi se encuentra hoy en día alrededor del 41% y en relación a la deuda neta (deuda pública en manos del Estado – deuda pública en manos de acreedores privados) es del orden del 14% aproximadamente.
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